
Desde pequeños nos dicen que mentir es malo, que hay que decir siempre la verdad. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un grupo de científicos de las universidades de Oxford (Reino Unido), Aalto (Finlandia) y la Universidad Nacional Autónoma de México (México) afirma:
Que las mentiras piadosas son buenas para la sociedad.

Cierto es que algunos tipos de mentiras son peores que otras: decirle a nuestra pareja que estamos perfectamente cuando por el contrario estamos teniendo un mal día o incluso darle la razón a alguien en una conversación solo por no buscar el conflicto, son mentiras piadosas y están socialmente aceptadas.
Los seres humanos nos hemos convertido con el paso del tiempo en unos expertos en las mentiras.
Desde las grandes mentiras (como mentir sobre haber robado a alguien o haberle herido) o las pequeñas mentiras (para hacer sentir mejor a alguien o para que no se preocupe), descubriendo que las grandes mentiras conducían a la desintegración de las comunidades y, las mentiras piadosas o pequeñas, por el contrario, tuvieron el efecto contrario.
Las conexiones entre las personas mejoraban con el tiempo gracias a ellas.

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