¿Las últimas asañas, cuenten sus mejores historias en el sexo?

-Recuéstate sobre mí para que no sigas con frio- le dije al mismo tiempo que tomaba la chamarra que estaba a un lado mío.
Ella lo hizo mientras yo tome la chamarra y la puse sobre nosotros, la chamarra es algo grande, por lo que la tapaba muy bien.
Mientras estábamos abrazados bajo la chamarra, empecé a besarle el cuello, un beso tras otro hizo que mi pene se pusiera erecto, por lo que ella lo sintió.
Suavemente dejó de estar sobre mi pierna y se movió más hacia arriba, quiso sentir la dureza que me había provocado. Giró su cabeza y me besó nuevamente. Yo mantuve mis brazos alrededor de ella como si continuará abrazándola, pero lo que hice fue desabrochar su pantalón y suavemente deslizar mi mano derecha hacia su vagina.
-Con cuidado que estamos en el salón- Dijo al oído mientras yo le guiñé el ojo.

Metí mi mano lentamente, mientras bajaba sentí un calorcito en la zona, aparté con mis dedos sus vellos púbicos y deje libre sus labios. Con mi dedo índice jugueteé con su clítoris, lo moví de arriba abajo, de un lado a otro, se puso durito, cuando se puso así empecé a hacer círculos con él. Esto fue durante unos 10 minutos, mientras que ambos mirábamos alrededor nuestro como si nada pasará ella movía su trasero lo más despacio que podía. Lo movía con la intención de darme como masajes en el pene. Lo logro muy bien porque mientras pasaba el tiempo a ella le excitaba sentir mi dureza con su trasero y a mí me ponía aun más duro el pene al sentir como se le escurrían los labios sobre mi mano. Así fue como se le quitó el frio, su zona ya estaba calientita y mi mano estaba mojada, lentamente la saque de su pantalón y volví a abrochar todo.
Nos quedamos un tiempo así, sentados, como si nada. Volvió a girar su cabeza y me susurró al oído:
-Siento como te late el pene-

Solo le sonreí y yo le respondí al oído:
-Es por ti, ya ves como me pones-
Nos pusimos de pie y caminamos hacia fuera del salón, ella ya no sentía frio, por lo que mientras la lluvia cesó, nosotros nos fuimos a desayunar. Durante el desayuno me acariciaba las manos, me daba de besos.
Estuvimos platicando de uno que otro asunto de la escuela con otros compañeros, ahí en el pasillo de la universidad. Todos de pie como haciendo un circulo, mientras yo la abrazaba por la espalda. Cruzaba mis brazos rodeando su cintura mientras recargaba mi barbilla sobre uno de sus hombros.
Claramente sentí como ella levantaba su trasero más de lo normal, mientras lo pegaba contra mí. Me sorprendí un poco porque no pensé que se atreviera a hacer algo así justamente en ese momento que los chicos estaban alrededor nuestro. Fue cuando noté que mi chica V aun estaba excitada y era obvio porque no llegó a ningún orgasmo.

Para la facultad esté tipo de comportamientos eran normales, (besos, las chicas sentadas en las piernas de los chicos, bueno, siempre y cuando fueran novios). La facultad es de Educación y Artes, por lo que hay mucho liberalismo dentro de ella. Es normal ver parejas homosexuales o heterosexuales besándose en los pasillos o dentro de las aulas, y no besos justamente como los que yo recibía sino más subidos de tono.
Pasó el tiempo, platicas, besos, risas, bromas, abrazos, hasta que el jefe del grupo llegó y avisó que el profesor que esperábamos para la clase de 2pm no llegaría.
Para fastidio de muchos y para placer de otros, lo bueno es que no llegó el profesor, tomamos las mochilas, y todos empezamos a salir del salón, bajamos las escaleras y emprendimos la caminata hacia la salida de la universidad. Fue cuando me tomó de la mano y movió la cabeza haciéndome señas que la siguiera. Qué bueno que decidí esperar hasta la clase de las 2pm.

Caminamos rumbo a la dirección de la facultad, a lo que mientras caminábamos tomados de las manos, le pregunte:
-¿A dónde vamos amor?
Ella sonrió y respondió:
-A nuestro salón favorito.
Le respondí con el mismo tipo de sonrisa mientras que asentaba con la cabeza diciéndole que aprobaba el hecho.
Esté salón se encuentra en el mismo edificio de donde está la dirección, se encuentra en el último piso, el primer nivel están algunas oficinas, el segundo consta de unas salas para profesores, unos baños y el resto son salones de clases y uno donde dan conferencias. El ultimo que era a donde nos dirigíamos, son salones, con los vidrios polarizados y con cortinas para tapar la luz del sol, que impide ver lo que se emite desde los proyectores. Allí arriba y hasta el final del pasillo se encuentra nuestro salón favorito.

Tiene 2 ventanas, una de ellas da hacia el pasillo y la otra da con vista al lago que hay a un costado del edificio, además que ahí fuera de esa ventana hay ramas de un árbol de mangos, por lo que dificulta la vista desde abajo y las afueras.
Caminamos hasta el edificio y ambos íbamos a subir las escaleras cuando me soltó la mano. Ella camino delante de mí mientras subíamos las escaleras. Me encantaba ver su trasero como se meneaba de un lado a otro, sin dudarlo me dijo:
-Apuesto a que me estás viendo el culo-
Solo le dije:
-Por su puesto- Le dije.
-¿Qué más puedo ver mientras subimos?-
Continuamos subiendo, ya estábamos a media escalera final para llegar al último nivel cuando se detuvo y sé giró. Que sucede le dije, a lo que ella respondió:
-Quedémonos aquí-
-Si tú quieres- le dije.

Me quite la mochila y ella dejó a un lado su bolso. Luego se movió hacia el barandal y espió hacia abajo de las escalera, mientras se empinaba para espiar que no viniera nadie a mi me encantaba verle su trasero, se le veía riquísimo. Por lo que me acerque y la volví a abrazar por la espalda. Esta vez sin nadie que nos viera y con toda la intención del mundo, ella levantaba sus glúteos, frotándolos contra mí.
Mientras ella me ponía nuevamente duro el pene, frotando y moviendo contra mi. Yo la besaba al cuello y le decía:
-Me encantas mi vida, me enloquece lo que haces-
Ella mientras se dejaba besar mantenía los ojos cerrados y me decía:
-Lo sé, aún no hemos acabado lo que iniciaste en el salón-
-Ahorita vamos a terminarlo- le dije.
Una vez dicho esto. Me desabroche el cinturón y me baje todo. Ella a su vez hizo lo mismo.
Ella se quitó la mitad del pantalón. Me refiero a que se quito de una sola pierna el pantalón, la otra mitad, aun estaba en su pie izquierdo.

Su pie derecho lo subió un par de escalones más mientras se abría e empinaba dándome ese hermoso trasero.
Yo tomé y comencé a golpear sus nalgas con mi pene, un par de golpes y luego le frotaba el pene en sus labios, en su clítoris, lo hice unas 5 o 6 veces, yo aun pensaba en continuar haciendo eso cuando giró su cabeza y me dijo con voz algo desesperada y como dando una orden:
-¡Ya métemela!-
Noté su desesperación, sus ansias, sus ganas de querer sentirme. Con justa razón, desde temprano la había dejado a medio camino.
Solo obedecí su orden, le introduje la punta, la cabeza del pene, a lo que ella solo hizo un pequeño gemido, como ¡aww!
Continué metiéndosela lentamente, hasta la mitad y volví a sacarla un poco, obvio no se la saque por completo, la deje hasta la cabeza y volví a introducirla. Lo hice una y otra vez durante unos escasos 2 minutos.

Ella sintió y se percato que no le introducía completamente el pene. Por lo que volvió a girar su cabeza y dijo con un tono ahora algo tierno y dulce, como una niña pidiéndole un regalo a su papá:
-Métemela toda.
A lo que está vez se la deje ir completa. Ella solo arqueo la espalda mientras vi que apretaba con las manos el barandal de las escaleras.
Estuvimos así alrededor un buen rato, sacándola, metiéndola y volviéndola a sacar. Claramente sentía como se le escurrían sus fluidos. Estábamos más que excitados.
Ya empezaba yo a sentir como que dentro de poco iba a eyacular, pero continué arremetiendo contra ese trasero que ahora desde donde yo veía se veía más que exquisito, solo le di un par de nalgadas entre el transcurso de lo que estábamos ahí. La sensación de que eyacularía aumento un poco, por lo que empecé a pensar en otras cosas, tratando de distraer mi mente y así evitar que eyaculara.

Mientras mi mano izquierda la tomaba del lado izquierdo de su cadera, mi mano derecha la llevé hacia enfrente, yo sabía su debilidad, su clítoris. No solo lo tenía durito como en el salón, lo tenía un poco sobresalido y volví a hacer lo mismo que en el aula. Jugueteé con él, pensaba yo en las letras que según yo escribía mientras jugueteaba con su clítoris. Justamente iba yo llegando por las letras S, T, O, P…. Cuando sus gemidos empezaron a aumentar un poco, claramente sentí como se le contrajeron y/o tensaron los músculos que están detrás de las piernas al mismo tiempo que ella se levantaba más sobre sus pies, como si trajera zapatillas. Estaba teniendo un orgasmo.

Le saque el pene, estaba todo mojado, tanto que los fluidos que tenía sobre el pene se empezaron a escurrir hacia los testículos, voltee a ver hacia el piso de las escaleras y vi que habían muchas gotas de alguna clase de liquido, sudando no estábamos porque no había calor, la temperatura se torno caliente pero no por el sol. Por lo que solo deduje que eran fluidos de ella.
Así con los pantalones abajo, con cuidado de no caernos, nos movimos, yo me subí un par de escalones y ella hizo todo lo contrario, bajo otro par de ellos. Nos quedamos a la distancia perfecta, ella desde donde estaba me podía hacer un oral. Y así lo hizo.
Empezó a mamármela no muy rápidamente, pero tampoco tan lenta, lo hizo bastante bien, lo hizo durante unos 5 minutos, cuando volví a sentir esa sensación que recorre tu cuerpo, desde la planta de los pies atravesando tu espalda y terminando la punta de tus dedos de la mano. Ella se dio cuenta que estaba yo a escasos segundos de eyacular.

Siempre lo sabe, lo ha aprendido bastante bien.
Solo cerré los ojos ante esa sensación. Me vine en su boca.
Cuando abrí los ojos claramente la vi pasándose el semen a través de su garganta, se lo trago. Con ambas manos apretaba mi pene, lo apretaba como escurriéndolo, como cuando se te termina el dentífrico de dientes. Lo escurrió bastante bien creo yo porque en mi casa mi bóxer no estaba para nada manchado.

Se puso de pie y nos besamos, ésta vez no como lo hubiésemos hecho enfrente de nuestras familias, está vez fue muy apasionadamente, su lengua y la mía se entrelazaban, se lamian mutuamente. Nos subimos los pantalones, nos colocamos nuestras pertenencias (mochila y bolso) y bajamos tomados de la mano, nuevamente con rumbo hacia la salida de la universidad, donde tomaríamos nuestros respectivos transportes, cada quien con rumbo a su casa.

jajajaja, se me había olvidado, la deje en el escritorio de la compu xD.

Con solo leerla me gusto demasiado

Así vivo mi vida :)

eso es agradable

Me agrada como vives la vida, eso es motivador y a la vez curioso pero con eso me conformo solo decirte Gracias x la historia Carnal