Depende mucho de la persona. Hay quiénes tienen anécdotas interesante pero sobre todo, las narran de manera muy amena, tanto, que al escucharlas, se pasa el tiempo volando. En el otro extremo, hay gente que no paran de contar cosas que a nadie le interesa, como queriendo solamente ser escuchados, pero a la vez, no les importa saber de los demás.
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